“Los conductores españoles siguen siendo muy críticos con sus Ayuntamientos: casi el 90% atribuye carácter recaudatorio a las multas y el 60% piensa que los radares persiguen obtener cuanto más dinero, mejor.”
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Así reza una de las conclusiones del informa realizado por la Fundación Línea Directa (pueden leer todo el informe en el enlace inferior, al final del artículo).
Pero me voy a entretener en escribir sobre ese manido argumento de: “Es que tiene afán recaudatorio solamente.”
Analicemos el tema.
¿Por qué existen la multas de tráfico?
Cuando  el tráfico motorizado comenzó a tener cierto volumen y aumentaron los problemas de  movilidad en las ciudades, hubo que instaurar algún sistema para ordenarlo  pues, hasta entonces, cada uno podía campar por donde buenamente podía. Primero que nada porque en número de usuarios de la vía eran pocos y los ciudadanos aún ocupaban la parte central de la calle. Pero a medida que el número de vehículos motorizados fue mayor, se añadió el adjetivo de peligrosidad al coche y comenzó a ser necesario un reglamento de circulación.
El primer Reglamento General de Circulación data de 1926 y ya se establecían velocidades máximas (35 – 40 km/h) y  sanciones. Desde el mismo principio quedaba claro que  no podíamos saltarnos las normas y que si lo hacíamos, eso era sancionable.
Esto no hubiese sido necesario de haber sido todos ciudadanos-conductores ejemplares, pero eso es una utopía, como  vivir  en los mundos de Yupi.
Si yo soy de los que no se salta las normas, si mi intención no es superar el límite de velocidad  ¿qué más me da que el importe de una multa por exceso de velocidad sea de 100€ o  de 500 €?. . .
Siempre las voces en contra serán de ese grupo de conductores que ya están predispuestos a saltarse el reglamento. Al resto, nos da igual.
Lo cierto es que por muy habituados que estemos a convivir con él, el  automóvil actual es una máquina que genera peligro, peligro mortal en demasiadas ocasiones y por eso ha de tener un seguro obligatorio de responsabilidad civil y  una matrícula. Y por eso el individuo que lo conduce ha de superar una serie de exámenes teóricos, prácticos  y de aptitud física para obtener su licencia de conducción. Creo que convendría incluso incluir un test psicológico,  sobre todo a algunos.
“Pese a la creencia general, el 70% de las multas de tráfico impuestas por los ayuntamientos españoles están directamente relacionadas con la Seguridad Vial y tan sólo el 30%, con la movilidad o el aparcamiento, lo que destierra el mito de que las multas se imponen fundamentalmente por razones recaudatorias.”
Sangre y dinero
Somos un país de “sangre y dinero”. ¿Qué quiero decir con esta frase tan contundente?. Que nos movemos, que hacemos caso, que ponemos atención o nos preocupamos, cuando ha pasado algo grave, sangre, o cuando  nos cuesta el bolsillo. Y tenemos claros ejemplos de ello.
Recordemos, sin ir más lejos, el triste suceso del Madrid Arena. A raíz de aquel desaguisado los ayuntamientos extremaron la seguridad y se solicitan los protocolos de emergencia, aunque sea una reunión para  celebrar un cumpleaños.  Antes de eso no se daba la importancia que requería este tema y es algo de lo que puedo dar fe porque lo he vivido en primera persona.
Cuando ejercía como presidente de la Federación de Ciclismo de Canarias éramos nosotros mismos los que confeccionábamos los protocolos de emergencia, pues el ayuntamiento en cuestión donde se celebraba el evento ciclista, no lo contemplaba. O algunos tenían un seguro de responsabilidad civil precario.
En el aspecto económico, nos preocupamos y  prestamos atención cuando nos “pica” el bolsillo. Vamos a otro claro ejemplo.
El carné por puntos ha supuesto un antes y un después en el número de siniestros y fallecidos, por no decir en el número de sanciones. Estos son los datos
  • Antes de la entrada del carné por puntos, cada fin de semana podía haber de 35 a 40  fallecidos  cada fin de semana.
  • Desde la entrada en vigor se han reducido a 7 – 10 fallecidos en el mismo periodo.
¿Por qué?
Pues porque nos cuesta el bolsillo, simplemente. Ahora prestamos más atención a lo que hacemos y a lo que llevamos entre manos porque puede salirnos caro. Y sin embargo al inicio de la entrada en vigor de los famosos puntos, mucho alzaron su voz en contra. La razón esgrimida era que tenía un carácter sancionador y que perjudicaría a los profesionales.
Y uno pregunta ¿por qué? Pues porque ya estás dispuesto a saltarte la norma. Antes de aplicarse ya estamos pensando en cómo hacer la trampa. ¿O no recordamos la moda de decir que era Fulanito el que conducía en lugar de quien realmente lo hacía, para así no  perder los puntos correspondientes? Se llegó incluso a vender los puntos entre  conductores. Somos así, podríamos decir fácilmente.
Sin lugar a dudas  conducir un vehículo exige una gran responsabilidad y no podemos creer que el conductor puede seguir campando a sus anchas. El coche no puede seguir marcando nuestro recorrido en la movilidad y marcando los ritmos.

Los conductores españoles siguen siendo muy críticos con los ayuntamientos: casi el 90% atribuye carácter recaudatorio a las multas y el 60% piensa que los radares de las ciudades y sus circunvalaciones persiguen obtener cuanto más dinero, mejor. A pesar de ello, la realidad es otra, ya que el número de las sanciones de tráfico impuestas por las autoridades municipales en los últimos años ha descendido notablemente.

Informe completo Fundación Línea Directa